diez reflexiones
Con motivo de la entrega del Premio Convivencia en su 3ª edición, los periodistas Pablo Muñoz (ABC), Juan Carlos Serrano (La Razón), José Bejarano (La Vanguardia), Manuel Prados (Canal Sur), Juan José Téllez, (Diario de Sevilla), Carlos Telmo (Radio España), Carmen Echarri (El Faro de Ceuta), Higinio Molina (RTV Ceuta) y Juan Teba (Canal Sur Radio), después de debatir sobre la convivencia y el papel de los medios de comunicación en la transmisión de ésta, emitieron el siguiente documento de compromiso:
El ser humano, por definición, tiene derecho a elegir libremente su lugar de residencia. En una sociedad cada vez más globalizada es imposible ponerle puertas al campo.
La globalización, planteada como predominio de las leyes del mercado, no debería conllevar una limitación de la libertad de movimiento de las personas. Las fronteras deben quedarse superadas progresivamente.
El mestizaje y la multiculturalidad deben contemplarse como elementos positivos, enriquecedores e inevitables y deben promocionarse por parte de los poderes públicos a través de políticas activas no excluyentes.
La convivencia es un modelo de respeto de la diferencia y supone el reconocimiento de los valores del otro. Conlleva también que minorías y mayorías compartan plenos deberes y derechos.
La deshumanización de nuestras sociedades desarrolladas pone en peligro cualquier modelo de convivencia.
El conocimiento de las otras culturas es la piedra angular de la convivencia. El sistema educativo debe incorporar las tradiciones de otras culturas. Es necesario que en las escuelas de las ciudades fronterizas se introduzcan las distintas lenguas presentes en la región, de tal forma que el modelo educativo responda a las expectativas de las diferentes comunidades que conviven en esa sociedad. La educación para la convivencia debe exceder del ámbito de la escuela e impregnar a los medios de comunicación, la cultura, las instituciones y la familia.
Las leyes deben favorecer el conocimiento mutuo, sin exclusión, de todas las comunidades presentes en la sociedad y perseguir toda conducta hostil a los derechos de las minorías.
Los choques entre culturas se producen principalmente como consecuencia de la marginación y la pobreza que sufren las zonas periféricas de una ciudad, de un territorio o de la sociedad en su conjunto. Avanzar en la convivencia implica la mejora de las condiciones de vida de esas personas.
Abogamos por poner el acento en los derechos básicos (educación, vivienda y salud) que eviten el deterioro social como consecuencia de la marginación de los inmigrantes y de la población receptora. Las administraciones deberían primar las inversiones en ese ámbito
La convivencia es un edificio que hay que levantar día a día por parte de las instituciones, de la sociedad civil y de las personas. Es un esfuerzo cotidiano que nos aleja de la barbarie.